lunes, 25 de marzo de 2013

“El mejor aporte de Maduro al proceso es ser él, ser Maduro”


Cuando el Presidente estaba en plenitud de condiciones, muchas de sus órdenes no se cumplían y él se quejaba de eso. ¿En su ausencia, no cabe esperar que esto se ponga peor?
—Esa es una posibilidad. A él lo golpeaba mucho esa situación, era una de sus grandes angustias. Llegó a decirme, en conversaciones privadas, que ese era el gran enemigo del proceso bolivariano: la desidia, la poca atención al ciudadano. Trató de corregirlo, salió de ministros, tomó medidas, incluyendo la designación de la ministra de Seguimiento, la almiranta Carmen Meléndez. Maduro y el equipo tienen que estar muy pendientes de esto. Es uno de los encargos de Chávez que deben asumir con audacia y coraje, pasando por encima de amiguismos y compromisos personales.
—¿La conexión afectiva de Chávez con el pueblo se puede transferir?
—En los mismos términos de Chávez no, porque él era un ser excepcional. Eso que llaman carisma, esa posibilidad de conectarse con el colectivo, es muy personal y está fundada en el atributo de la humildad, de que la gente vea en el líder a un igual en el que puede confiar. El pueblo confiaba en Chávez porque lo sabía puro y transparente, no andaba buscando riquezas ni venganzas. Era un trabajador a tiempo completo. No era un ambicioso. La condición llana, simple, elemental de Chávez era la clave, todos lo veían como un compadre, como un pana. Eso es muy difícil transferirlo, lo que no significa que Maduro no pueda establecer una relación parecida con el colectivo. Lo logrará, según como se comporte en su gestión, si su conducta se asimila al legado de Chávez.
—¿Hasta qué punto Maduro debe parecerse a Chávez y hasta qué punto ser él mismo para realmente gobernar el país?
—Él tiene que ser lo más genuino posible. Sería un error pretender homologar a Chávez. Esas imitaciones suelen ser grotescas. Afortunadamente, Maduro es un hombre inteligente, con una experiencia, conocedor del fenómeno chavista y que, por lo tanto, no va a incurrir en errores de esa naturaleza. El mejor aporte que puede dar Maduro al proceso bolivariano y al chavismo es ser Maduro, con todas sus cualidades y virtudes y con todos sus errores, y tratar de mejorar esos aspectos en los cuales Chávez ponía tanto énfasis, como el cumplimiento y seguimiento de los programas y proyectos.
—¿Cómo ve al Partido Socialista Unido de Venezuela: se borraron las tendencias a raíz de esta tragedia o están en proceso de reacomodo?
—El PSUV es el partido con más militancia y fervores, yo creo que del mundo. Pero con motivo del fallecimiento y de la capilla ardiente del Presidente, se ha presentado un fenómeno: casi ha desaparecido el partido y ha cedido su espacio al pueblo, al chavismo, a la mayoría aplastante del país. Es necesario hacer ajustes para replantear la relación partido-sociedad-pueblo. Hay que hacerla más viva, más directa, más chavista. Hasta ahora el fervor popular ha sido alimentado por el carisma de Chávez, pero de ahora en adelante, el partido debe jugar un rol más destacado. Y Maduro está consciente porque él es un hombre del partido.
—¿Y la oposición como va a salir de esta coyuntura?
—Muy mal, muy mal. Lo que vienen diciendo no es sino la repetición de errores anteriores, sigue sin presentarle un proyecto al país, tiene un liderazgo muy frágil, se enreda en cosas banales que no tienen importancia. La manera como asumieron la enfermedad de Chávez y su muerte y la manera como asumen la Presidencia interina de Maduro es la misma de siempre: con desprecio, con esa arrogancia propia de las élites. En su lenguaje siempre está el desprecio porque fue autobusero y no tiene títulos universitarios. Eso revela que no son capaces de cambiar, de revisar sus políticas. Salen de las derrotas y repiten los errores por falta de capacidad de autocrítica. Siguen metidos en el caracol del odio y el desprecio. Dicen que esas colas que se han formado para ver al Presidente son de mercenarios y mendicantes.
—¿No volverán?
—Con esa actitud es imposible que tengan éxito, pero sí me preocupa que una nueva derrota, el 14 de abril, estimule las tendencias más reaccionarias y ultras de la oposición y terminen estas acorralando al sector democrático, que hasta ahora ha demostrado ser muy pusilánime. Eso puede avivar las llamas del golpismo, de la aventura.
—Hablando de eso, ¿la expulsión de los agregados militares de Estados Unidos revela que una nueva ofensiva en marcha?
—Nueva no, la conspiración en Venezuela es permanente. Si algo es institucional en Venezuela es la voluntad conspiradora de la oposición con sectores de la política norteamericana.
—El almirante Diego Molero ha demostrado en estos días, sin embozo, que es un militante revolucionario. ¿Como exministro de la Defensa, diría que eso es bueno o malo para la Fuerza Armada?
—Ni bueno ni malo, es un hecho real. Él es un militante y eso no significa que no garantice la institucionalidad de la Fuerza Armada. Estoy seguro, porque conozco a Molero, de que es profundamente democrático, defensor de la Constitución. Si aquí llegase a producirse, algo que es impensable, una victoria de la oposición el 14, Molero respetaría ese resultado. Ahora, es un hombre sincero, dice las cosas como las siente y está resteado con el proceso. Afortunadamente tenemos hombres de esa calidad porque son precisamente los que impedirán que se repita una plaza Altamira o un 11 de abril.
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“Chávez está en las calles”
José Vicente Rangel entrevistó 16 veces al Comandante Hugo Chávez. La primera fue en la cárcel de Yare y casi le vale un juicio militar. La última, en Miraflores, poco antes de las elecciones de 2012. Quedó pendiente otra, que se haría en enero pasado. Ayer, en Televen, se redifundió la conversación que sostuvieron en la Academia Militar, en la que el Presidente habló de cómo se enteró del cáncer y expresó su deseo infinito de seguir viviendo.
Testigo directo de la manifestación popular generada por la muerte del líder, Rangel asegura que “hoy el pueblo asume el papel de Chávez y eso va a ser muy valioso para el próximo gobierno porque habrá más exigencia, más reclamo. Chávez está en las calles, en las plazas públicas, en los pueblos”.
El exvicepresidente, excanciller y exministro de la Defensa, no tiene la menor duda de la victoria bolivariana el 14 de abril. “El chavismo va a arrasar y va a superar con creces los resultados del 7 de octubre”, asegura.
Le preguntamos si ahora, que tanta falta hace la experiencia, volvería al Gobierno. “No, no, no. Esa parte está cancelada para mí. Estoy con el proceso y me siento muy satisfecho de que haya una nueva promoción en el Gobierno. Siempre he abogado por la renovación de la política y si algún acierto tuvo Chávez es haber colocado en tareas clave del Estado y del Gobierno a hombres y mujeres jóvenes. Yo seguiré ayudando desde mi actividad periodística, como siempre, cuando me pidan un consejo lo daré”, dijo.
Ciudad CCS