Terroristas Posada Carriles y Bosch trabajaron para CAP
Otro de los hechos que empapan de sangre la gestión de CAP ocurrió durante su primer gobierno, cuando se produjo el acto de terrorismo mediante el cual perdieron la vida 73 personas al ser volado el avión donde viajaban, en 1976, y del cual fueron autores intelectuales dos personajes muy ligados a su gestión: Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila.
Según El Nuevo Herald de Miami, el ex mandatario se negaba a hablar del horroroso atentado de Barbados, del cual conocía los pormenores por ser el gusano cubano Orlando García Vásquez, su jefe de seguridad e inteligencia, quien escribió un informe para la CIA sobre los pormenores del atentado.
Las investigaciones implicaron a Posada, quien pertenecía a la alta jerarquía del aparato de inteligencia de CAP, y a Bosch, entonces jefe de la CORU, la mayor y más violenta organización terrorista cubano-estadounidense, a quienes el propio Presidente había invitado a radicarse permanentemente en Caracas a través del intermediario García Vázquez.
“El hombre que conocía los pormenores sobre el atentado a un avión cubano en 1976, se llevó sus secretos a la tumba”, escribió El Nuevo Herald al anunciar el 26 de julio de 2005 la muerte de García, bajo el título: “Muere testigo clave en el caso Posada”.
Pero la culminación de sus actividades demócratas, como las quiere mostrar ahora la canalla mediática opositora, fue en 1989, cuando ordenó ametrallar a los barrios pobres para ahogar en sangre las protestas del 27 de febrero y días subsiguientes, lo cual dejó un saldo de más de tres mil muertos, a solo 27 días de haber tomado posesión de su segunda presidencia.
Por eso llaman a reflexión las palabras del historiador Lionel Muñoz, quien señaló que “tras la muerte física de CAP, su cadáver todavía está fresco en la historia nacional. No hay castigo posible ante el crimen horrible que cometió en 1989”. 
