viernes, 31 de diciembre de 2010

Olas desestabilizadoras amenazan las costas del proceso bolivariano

Las olas desestabilizadoras continúan amentando su tamaño. Golpeando cada día con más fuerzas las costas del proceso bolivariano. A los cantos de sirena que emanan de las voces de la apatrida oposición para tratar de seducir a los militares activos, se suman los continuos trabajos mancomunados de algunos militares retirados con los flamantes representantes de la mesa canalla.
Ya hemos visto las reacciones de los “niños manitas blancas” cuando intentaron llegar a la AN para perpetrar actos de vandalismo. Lo mismo ocurrió con un sector de los buhoneros, que incendió la basura por los alrededores de Capitolio y trataron de saquear algunos locales comerciales.
Hay que tener mucho cuidado con la jauría mediática opositora que públicamente están llamando a golpe como en el 2002, en respuesta a la aprobación de leyes tan sensibles para impulsar el proceso bolivariano como la de Universidades.
Ni hablar de las descalificaciones hechas por los feudalistas que están al frente de las universidades, porque con esta ley se le dio un parao a la serie de anomalías que se cometían en los centros universitarios amparados en la mal llamada autonomía universitaria.
Una de las primeras que salió a rasgarse las vestiduras fue la Rectora de la UCV, quien toda iracunda y con el rostro descompuesto, salió a desconocer esta ley, argumentando que no se “había consultado con los estamentos universitarios”.
Además, la canalla mediática al servicio de los intereses del imperio y de las transnacionales de la mentira, le están dando palo a la reforma a la Ley RESORTE por considerarla violatoria de sus sagrados intereses golpistas y fascistas.
Claro está, guardan silencio absoluto ante la noticia de que sus amos del Norte van a censurar todos los contenidos que se difundan por internet considerados peligro para la estabilidad del Gobierno gringo.
Por eso alertamos una vez más al pueblo revolucionario a que esté con los ojos y los oídos bien abiertos y en permanente movilización, para amurallar y detener en seco la fuerza de las olas conspirativas que quieren aumentar de tamaño gracias a los vientos huracanados que soplan desde el Norte. Que si no tomamos las medidas oportunas se pueden convertir, con el paso del tiempo, en un tsunani que estremecería las estructuras de la revolución bolivariana. APF